La gárgola es una criatura mítica que existe ya desde culturas antiguas. La raíz de su nombre la comparte con la palabra gargante que derivan del francés gargouille y gargariser. También viene del gargulio que puede ser garganta o bien un tipo de sonidocomo gargajeo. Por desgracia tan solo las conocemos de forma arquitectónica ya que no sabemos nada en cuanto alguna leyenda específia. Estéticamente sabemos que son herederas de los grotescos; esta denominación se le da a muchos rostros, máscaras y estatuas que, en algunos casos tan solo servían para dirigir el agua; sin embargo no eran hechas para ser funcionales.
En Grecia la mayoría de los grotescos portaban la figura de la Quimera. Los griegos ya escribían un tipo de "bestiarios" que fueron inspirando en tiempos posteriores llegando incluso hasta la edad media en donde ya representaban distintos pecados capitales. Caracterizaban en forma de animal una parte del cuerpo en determinadas esculturas que simbolizaban el pecado. La mayoría eran antropomorphas. Las gárgolas casi nunca aparecen solas. Ya que se les encontro una función además de la arquitectónica, fueron colocadas en plural a lo largo de las canaletas de los edificios construidos para desalojar el agua principalmente por la boca.
En realidad las gárgolas se crearon por estética, luego para la ingeniería fueron un desarrollo importantísimo para poder deshacerse del agua y en las iglesias cumplieron una importantísima función apotropaica.
Actualmente estas criaturas son simplemente un atractivo arquitectónico que muchas personas gozan y que han sido conservadas en su mayoría en grandes regiones de europa. Poco es lo que sabemos de ellas como figura mítica lamentablemente y aunque hay registros de sus antecedentes ya en Egipto, Grecia y Roma antigua, desconocemos su orígen en la cultura popular y seguiremos esperando a que haya nuevos descubrimientos en torno a su surgimiento y su figura mítica para conocerlas más.
Autor: Alma
Información obtenida del libro:
Gárgolas, Zell Oberon, Traducido por Martha Elsa Mauri, Skiros, 2008.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario